miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sobre el sexo y el amor en el BDSM

Parece que cuando hablamos de BDSM, estas dos cuestiones sean tangenciales, que tengan más importancia otros aspectos como el control (físico y mental), la experiencia, el dominio (entendido como sometimiento), cierta pericia en las prácticas, la obediencia, y un elevado interés en la estética particular de este mundillo.

Quizá porque el sexo se da por hecho en el mundo BDSM como motor (directo o indirecto) para entablar relaciones, dando salida a las fantasías, deseos, y maneras de vivir y entender la sexualidad que tenga cada cual.

Otro tema muy diferente es el amor, en todos sus grados. A estas alturas creo que todos estaremos de acuerdo en que un cierto nivel de afinidad y afectividad debería existir entre dos personas que mantienen una relación dentro del BDSM, aunque esa relación dure unas horas, para que la experiencia conjunta sea, cuanto menos, satisfactoria. Quien más, quien menos, tenemos en nuestro recuerdo esa situación en la que no existían ni esa afinidad ni ese afecto, y que se convirtió en un "qué ganas tengo de que esto termine y poder largarme", que nos deja un mal sabor de boca.

En el caso de las relaciones D/s, las dudas que pueden surgir son ¿puede darse una entrega verdadera sin que exista amor? ¿puede darse una entrega verdadera sin que exista sexo? A este respecto, os animo a conocer un poco más lo que sucede detrás del escenario en una relación hombre-mujer (lo mismo se aplica a una relación homosexual, ya que se produce el mismo fenómeno).


Sexo y amor producen vínculos a diferentes niveles. Una relación sin sexo y sin amor puede producirse a un nivel mental (por ejemplo, la admiración por alguien, por su manera de ser o de pensar), pero el ser humano es un conjunto, y esa admiración a la larga se traduce en deseo físico y en afecto. Este afecto no siempre deriva en amor (tal como se entendería de estar enamorado), pero puede mantenerse en un cariño profundo por la otra persona. 

La entrega puede entenderse de dos maneras: una entrega a un ideal, una situación, una sensación, una vivencia, o bien la entrega a una relación, a otra persona. Ambas formas son válidas siempre que sean correspondidas al mismo nivel. Dos personas pueden entregarse a lo que sienten, sin que necesariamente se entreguen la una a la otra (y remarco que en una relación la entrega es mútua, o no funcionaría a la larga). 

Desde mi vivencia, una relación en la que existe entrega mútua es de una intensidad y riqueza mucho mayor, pero como no siempre es posible encontrar a esa persona con la que congeniar y conectar a ese nivel, ser capaces de sentir afecto por la persona con la que estamos y entregarnos a la experiencia, es también una forma de sentirnos vivos, y de compartir lo que somos.

La entrega surge también de la confianza, y la confianza surge de conocer a la otra persona, de poder ser capaz de prever su comportamiento en diversas circunstancias, intuyendo que nos sentiremos seguros y aceptados en cualquiera de ellas. Y para llegar a ese grado de confianza se requiere de tiempo (de ahí el famoso tiempo de prueba, o collar de prueba). No es posible saber desde un principio si la otra persona se ganará nuestra confianza (y es que la confianza, igual que el respeto, hay que ganárselos), por eso no se puede esperar un grado de entrega elevado al inicio de una relación, es algo que se va alimentando y creciendo, y lo que hace que una relación vaya evolucionando.

También el afecto puede alimentarse y crecer, y con el tiempo convertirse en amor, ya que el amor bebe de esa confianza, y lo que en principio empezó siendo una atracción o una afinidad, puede llegar a convertirse en algo más profundo.

Por supuesto no voy a decir que ambos sean necesarios en una relación BDSM, que simplemente encontrarse y compartir una experiencia puede ser suficiente, pero para mi, la coexistencia de estos dos elementos hace que una relación BDSM se convierta en algo mágico.


4 comentarios:

  1. Me encanta todas las perspectivas desde las que has abordado el tema.
    Vivo una relación BDSM desde hace casi tres años con la persona a quien más amo en el mundo. Y sí, es posible y es GENIAL.
    Y todo es posible en este mundo (menos que los hombres puedan parir... cosa demasiado obvia... por lo pronto, jejejejeje)

    Abrazo.

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  2. Sweet, me alegro mucho de que estés viviendo una relación tan maravillosa, y tienes razón, es posible, y cuando eso ocurre es algo GRANDE, porque podemos ser AUTENTICOS.

    Muchas gracias por compartirlo con los demás.

    Un abrazo también para ti

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  3. Revoloteando por los mundos bloggeros para ponerme al día (que ya tocaba...) he llegado a tu fermoso jardín de rosas, atraída cual butterfly por el rojazo predominante XD

    Ganitas tengo de verte! Besazos!

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  4. Jejejeje gracias preciosa por pasarte por aquí, yo también tengo ganitas de verte y estrujarte un poco, pero solo un poco ¿eh? Besitosss y espero que estés tomando tu dosis diaria de felicidad, recuerda que te la recomendó el especialista ;).

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